Y tú me traes esto.
Donde un día sabes como piensas y actúas,
Pero al siguiente no sabes que sentirás o dirás.
Donde un soplo de aire puede hacer cambiar la corriente
O simplemente levantar un huracán.
Y sin saber cómo, sigues de pie, con la mirada perdida en el horizonte,
Las nubes siguen pasando y el viento araña tu cara.
Nada parará por más que lo pienses y mucho menos volverá atrás,
Donde tu mente sigue anclada pero tu cuerpo no es capaz de llegar.
Voces que tirarán de ti,
Se perderán como olas en el mar.
Las creerás pero no servirán a tu corazón.
Que solo comprende una lengua impracticable para ellos.
Una lengua que quizás ni tu mismo entenderás.
Supongo que por eso vuelvo a mirar al horizonte.
Como si me fuese a dar la solución.
Como si me fuese a contar todo lo que quiero saber.
Pero no creo que eso sea lo mejor.
Nadie sabe que me hará bien aunque crea saberlo,
Porque nadie sabe todo lo que guardo dentro.
Todo empieza y acaba en el sentir,
O quizá sea culpa de este deslucido corazón.
Que cada vez hace más pobre el tiempo.
Pensamientos que se remontan a épocas doradas,
Que actúan como anestesia para este dolor.
Que cuando vuelven a reflejar tu hermosa cara,
Son capaces de derrumbar al hombre con más vigor.
Si alguna vez volveré a verte y no se me caerá el alma a los pies.
